El libro es el impreso editorial por excelencia. Podemos acercarnos hacia su definición a través de tres distintas explicaciones, la lingüística, la de UNESCO y la de Artes Gráficas.
Definición lingüística:
"Consiste en un conjunto de hojas de papel, pergamino y otros materiales adecuados, manuscritas, mecanografiadas o impresas, reunidas por el lomo por medio de cosido, encolado, anillado, con cubierta de madera, cartón, cartulina, papel y otra materia, formando todo ello un volumen".
Definición de la UNESCO:
"Son 49 páginas. Se basa en una unidad de pliegos de 16 páginas. Si no tiene más de 3 pliegos de 16, no sería un libro".
Definición en Artes Gráficas:
"Conjunto de lectura formado por cierta cantidad de hojas impresas dobladas en pliegos o cuadernillos, cosidas por un costado y dotadas de cubiertas por ambas caras. Dentro de la categoría de libro se incluye también aquella superior a 75 páginas"
Gracias a estas definiciones ya sabemos que es un libro, a pesar de ser tres descripciones distintas cada una en su materia, todas llegan a la conclusión de que tiene que tener un número de hojas mínimas, estar en pliegos o cuadernillos y estar encolado, cosido, grapado... a un lomo con cubiertas. Los impresos menores de 49 páginas se consideran folletos (entre 5y 48 páginas) y hojas sueltas (1 y 4 páginas). Hay de muchas clases y temas. Están bien diferenciados de los otros productos. Una de las diferencias más importantes es que tienen dos partes: una externa y otra interna. En la externa principalmente nos encontramos con las tapas o llamada vulgarmente portada. En el interior están las tripas del libro, que son el conjunto de hojas ordenadas por pliegos y cosidas o encoladas dependiendo del tipo de encuadernación. No tienen un período de publicación estable.
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